Tendinitis de hombro: causas, síntomas y tratamiento eficaz
La tendinitis de hombro es una de las causas más frecuentes de dolor en esta articulación, especialmente en personas activas, deportistas o quienes realizan movimientos repetitivos en el trabajo. Este trastorno inflamatorio afecta a los tendones que rodean el hombro, y puede provocar molestias intensas, pérdida de movilidad y limitaciones funcionales que impactan en la vida diaria.
Comprender qué es la tendinitis del hombro, cómo se origina, cuáles son sus síntomas y qué opciones de tratamiento existen es clave para abordar el problema de forma adecuada y evitar que se convierta en una lesión crónica. En este artículo te explicamos todo lo que necesitas saber sobre la tendinitis del hombro, con información basada en fuentes médicas fiables y actualizadas.
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- ¿Qué es la tendinitis de hombro?
- Causas comunes de la tendinitis en el hombro
- Síntomas frecuentes de la tendinitis de hombro
- Diagnóstico de la tendinitis de hombro
- Tratamiento de la tendinitis de hombro
- Prevención de la tendinitis en el hombro
- Ejercicios recomendados para la tendinitis de hombro
- Tiempo de recuperación de la tendinitis de hombro
- Complicaciones si no se trata adecuadamente
¿Qué es la tendinitis de hombro?
La tendinitis de hombro es una inflamación o irritación de uno o más tendones que conforman la articulación del hombro, en especial aquellos que integran el manguito rotador. Esta condición puede generar dolor, rigidez y limitación funcional, dificultando actividades cotidianas como vestirse, peinarse o levantar objetos.
Definición médica
Desde un punto de vista clínico, la tendinitis se define como la inflamación del tejido tendinoso, que conecta el músculo con el hueso. En el caso del hombro, esta inflamación suele aparecer por uso excesivo, movimientos repetitivos o como consecuencia del envejecimiento natural de los tejidos.
Tendones más afectados
Los tendones que más comúnmente se ven afectados en esta patología pertenecen al manguito rotador, un conjunto de cuatro músculos y sus tendones que estabilizan el hombro y permiten su movimiento:
- Supraespinoso: el más frecuentemente afectado, responsable de levantar el brazo.
- Infraespinoso
- Subescapular
- Redondo menor
Además, el tendón del bíceps braquial (cabeza larga) también puede presentar signos de tendinitis, generando dolor en la parte anterior del hombro.
Tipos de tendinitis de hombro
Dependiendo de su evolución clínica y características, se pueden clasificar varios tipos de tendinitis en el hombro:
- Tendinitis aguda: de inicio reciente, relacionada con sobreesfuerzos o traumatismos leves. Su tratamiento temprano suele ser muy eficaz.
- Tendinitis crónica: aparece cuando la inflamación persiste en el tiempo o recurre con frecuencia. Puede deberse a microtraumatismos repetidos o envejecimiento tendinoso.
- Tendinitis calcificada: ocurre cuando se depositan sales de calcio en los tendones, generando dolor intenso y limitación severa del movimiento.
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Causas comunes de la tendinitis en el hombro
La tendinitis en el hombro puede desarrollarse por múltiples factores, la mayoría relacionados con el uso excesivo, posturas inadecuadas o el envejecimiento natural de los tejidos.
Movimientos repetitivos y sobreuso
Una de las causas más frecuentes es la realización continua de movimientos que exigen al hombro una carga constante o una postura forzada. Actividades como:
- Levantar objetos por encima de la cabeza (albañilería, pintura, mecánica)
- Deportes como tenis, natación, béisbol o levantamiento de pesas
- Tareas domésticas intensas o mal ejecutadas
Este tipo de gestos favorecen la fricción constante entre los tendones y las estructuras óseas del hombro, provocando inflamación.
Lesiones deportivas o laborales
Los traumatismos directos o esfuerzos mal controlados, especialmente en contextos deportivos o laborales, pueden desencadenar lesiones tendinosas que evolucionan hacia una tendinitis. Es frecuente en personas que entrenan sin calentamiento o sin técnica adecuada.
Envejecimiento y degeneración del tendón
Con el paso del tiempo, los tendones pierden elasticidad y resistencia, lo que los hace más propensos a sufrir microdesgarros e inflamación. Es por eso que la tendinitis de hombro es más común a partir de los 40-50 años, incluso sin antecedentes deportivos.
Factores de riesgo
Existen varios elementos que pueden aumentar la probabilidad de desarrollar una tendinitis de hombro:
- Mala postura corporal prolongada (trabajo de oficina, uso del móvil)
- Actividades físicas mal ejecutadas o sin control postural
- Enfermedades sistémicas como la diabetes mellitus o enfermedades tiroideas
- Factores anatómicos (como un acromion curvo que comprime los tendones)
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Síntomas frecuentes de la tendinitis de hombro
La sintomatología de la tendinitis de hombro puede variar según la gravedad, la duración del proceso inflamatorio y los tendones afectados. No obstante, hay signos comunes que permiten sospechar esta patología.
Dolor al levantar el brazo
El síntoma más habitual es un dolor localizado en la parte lateral o anterior del hombro, que se intensifica al elevar el brazo por encima de los 90 grados. Puede aparecer también al realizar gestos como alcanzar objetos en estanterías o al vestirse.
Dolor nocturno o en reposo
Muchas personas con tendinitis de hombro refieren dolor al acostarse sobre el lado afectado, lo que interfiere con el descanso nocturno. Incluso en reposo, el hombro puede presentar molestias punzantes o sensación de pesadez.
Pérdida de movilidad y fuerza
La inflamación y el dolor pueden limitar la movilidad del hombro, especialmente en gestos de rotación o elevación. Con el tiempo, si no se trata, la tendinitis puede generar debilidad muscular y pérdida funcional significativa.
Inflamación localizada
En casos agudos, puede observarse hinchazón, enrojecimiento y aumento de la temperatura en la zona del deltoides o la cabeza humeral, como reflejo del proceso inflamatorio subyacente.
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Diagnóstico de la tendinitis de hombro
El diagnóstico preciso de la tendinitis de hombro es esencial para aplicar el tratamiento adecuado y evitar complicaciones a largo plazo. Un diagnóstico incorrecto o tardío puede derivar en lesiones más graves, como roturas tendinosas o capsulitis adhesiva.
Exploración física
El primer paso es una evaluación clínica realizada por un profesional de la salud, ya sea médico o fisioterapeuta. Durante la consulta, se valoran:
- Dolor a la palpación en la zona anterosuperior del hombro
- Limitación del movimiento, especialmente en abducción y rotación externa
- Pruebas funcionales específicas (test de Neer, test de Hawkins-Kennedy, test de Jobe) para detectar pinzamientos o debilidad del manguito rotador
Pruebas de imagen
Para confirmar el diagnóstico o descartar otras lesiones articulares, se suelen emplear las siguientes técnicas:
- Ecografía musculoesquelética: muy útil para observar el estado de los tendones, detectar engrosamientos, roturas parciales o calcificaciones. Es económica, accesible y dinámica.
- Resonancia magnética (RM): proporciona imágenes detalladas de los tejidos blandos. Permite identificar desgarros, inflamación y compromiso estructural más complejo.
- Radiografía (Rx): no visualiza tendones, pero ayuda a detectar calcificaciones, osteofitos o alteraciones óseas que podrían estar asociadas.
Diagnóstico diferencial
Es importante diferenciar la tendinitis de hombro de otras patologías con síntomas similares:
- Bursitis subacromial
- Rotura del manguito rotador
- Capsulitis adhesiva (hombro congelado)
- Artrosis glenohumeral o acromioclavicular
- Radiculopatía cervical (cuando el dolor de hombro se irradia desde el cuello)
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Tratamiento de la tendinitis de hombro
El tratamiento de la tendinitis de hombro debe adaptarse al tipo y grado de la lesión. En la mayoría de los casos, no se requiere cirugía, y se opta por un enfoque conservador con reposo, fisioterapia y medidas antiinflamatorias.
Tratamiento conservador
En fases agudas, el objetivo es reducir la inflamación y aliviar el dolor. Las estrategias incluyen:
- Reposo relativo: evitar las actividades que generen dolor, sin inmovilizar completamente el hombro.
- Aplicación de hielo local (crioterapia): útil en fases iniciales para reducir la inflamación.
- Medicamentos antiinflamatorios (AINEs): como ibuprofeno o diclofenaco, siempre bajo supervisión médica.
- Modificación de hábitos y ergonomía: revisar posturas en el trabajo, en casa o al hacer ejercicio.
Fisioterapia y rehabilitación
Es la piedra angular del tratamiento en la mayoría de los casos. Un plan fisioterapéutico bien diseñado incluye:
- Terapia manual: movilizaciones articulares, masoterapia específica, técnicas de descarga tendinosa.
- Ejercicios terapéuticos: para recuperar movilidad, fortalecer la musculatura del manguito rotador y estabilizar la escápula.
- Terapias físicas complementarias: ultrasonido, electroterapia analgésica, ondas de choque o láser de baja frecuencia, según criterio del fisioterapeuta.
- Reeducación del movimiento: para prevenir recaídas y mejorar la función del hombro en actividades diarias o deportivas.
Infiltraciones
En casos de dolor persistente, se puede valorar la aplicación de:
- Infiltración de corticosteroides: antiinflamatorio potente que alivia el dolor a corto plazo. No debe repetirse con frecuencia por riesgo de debilitamiento tendinoso.
- Plasma rico en plaquetas (PRP): técnica biológica en estudio, útil en tendinopatías crónicas con degeneración.
Cirugía (en casos graves)
Si el tratamiento conservador no resulta efectivo después de varios meses o si existe una rotura tendinosa importante, se puede indicar cirugía:
- Artroscopia de hombro: para limpieza de calcificaciones, descompresión subacromial o reparación del tendón.
- Postoperatorio: incluye fisioterapia intensiva para recuperar la movilidad y fuerza muscular.
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Prevención de la tendinitis en el hombro
Prevenir la tendinitis de hombro es posible adoptando medidas que reduzcan la sobrecarga tendinosa, mejoren la biomecánica del movimiento y fortalezcan la musculatura estabilizadora del hombro. La prevención es especialmente importante en personas con antecedentes, deportistas o quienes realizan tareas repetitivas con los brazos.
Ejercicios de calentamiento y estiramiento
Antes de realizar actividades físicas intensas o trabajos exigentes con los brazos, es fundamental preparar la articulación:
- Calentamiento articular del hombro, cuello y escápula
- Movilizaciones activas suaves
- Estiramientos específicos del manguito rotador y del pectoral mayor
Esto mejora la circulación y disminuye el riesgo de microtraumatismos.
Ergonomía en el trabajo
Muchas tendinitis del hombro se originan o agravan por posturas mantenidas o movimientos repetitivos. Algunas recomendaciones:
- Ajustar la altura de la mesa y la pantalla del ordenador
- Evitar trabajos prolongados con los brazos elevados
- Usar soportes ergonómicos si se trabaja con herramientas manuales
Técnica deportiva adecuada
En deportes como tenis, natación o crossfit, una técnica inadecuada puede causar sobreuso tendinoso. Es clave:
- Realizar los gestos deportivos bajo supervisión profesional
- No forzar el rango articular más allá de los límites funcionales
- Asegurar una buena recuperación muscular entre entrenamientos
Rutinas de fortalecimiento muscular
Mantener en forma los músculos del manguito rotador y los estabilizadores de la escápula ayuda a distribuir mejor las cargas sobre el hombro. Ejercicios específicos en esta zona reducen la tensión excesiva sobre los tendones.
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Ejercicios recomendados para la tendinitis de hombro
Los ejercicios terapéuticos son esenciales tanto en la recuperación como en la prevención de recaídas. Su objetivo es restablecer la movilidad, mejorar el control neuromuscular y aumentar la fuerza sin provocar dolor.
⚠️ Es fundamental que estos ejercicios sean pautados y supervisados por un fisioterapeuta, especialmente en las fases iniciales de la lesión.
Ejercicios de movilidad (fase aguda o subaguda)
Indicados para mantener el rango articular sin agravar la inflamación:
- Péndulos de Codman: con el cuerpo inclinado hacia delante, dejar colgar el brazo afectado y realizar movimientos suaves circulares.
- Movilización pasiva con bastón: tumbado, usar un palo o bastón para ayudar a elevar el brazo afectado sin generar dolor.
- Deslizamientos en pared o mesa: permitir que el brazo se desplace apoyado en una superficie para reducir fricción y esfuerzo.
Ejercicios de fortalecimiento (fase de recuperación)
Una vez superado el dolor agudo, se introducen ejercicios de resistencia leve:
- Rotaciones externas con banda elástica: mantener el codo pegado al cuerpo, rotar el brazo hacia fuera controladamente.
- Elevación lateral isométrica: empujar suavemente contra una pared sin mover el brazo.
- Remo bajo con banda: fortalecer la musculatura escapular y del dorsal ancho.
- Ejercicios de propiocepción y control motor: como mantener el equilibrio del brazo sobre una pelota apoyada contra la pared.
Progresión según evolución
El fisioterapeuta ajustará los ejercicios en función de:
- Dolor residual
- Nivel de fuerza recuperada
- Control del movimiento
- Capacidad funcional (levantarse, cargar peso, trabajar)
No se recomienda forzar el gesto doloroso ni realizar ejercicios explosivos hasta lograr una recuperación completa.
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Tiempo de recuperación de la tendinitis de hombro
El tiempo de recuperación de una tendinitis de hombro puede variar significativamente según el tipo de tendinitis, el tratamiento aplicado y la constancia del paciente en su proceso de rehabilitación.
Duración promedio según tipo de tendinitis
- Tendinitis leve o aguda: entre 2 a 4 semanas con reposo, hielo y fisioterapia adecuada.
- Tendinitis moderada o crónica: puede requerir entre 6 a 12 semanas, especialmente si hay degeneración tendinosa.
- Tendinitis calcificada: el proceso puede extenderse de 3 a 6 meses, especialmente si se requiere reabsorción de calcio o tratamiento invasivo.
Factores que influyen en la recuperación
La evolución del tratamiento no depende únicamente de la gravedad de la lesión, sino también de:
- Edad del paciente y calidad del tejido tendinoso
- Nivel de actividad física o carga laboral
- Adherencia al tratamiento fisioterapéutico
- Presencia de enfermedades asociadas (diabetes, artropatías)
- Técnica y progresión de los ejercicios
Importancia del seguimiento fisioterapéutico
Muchos casos de tendinitis se cronifican por abandonar prematuramente el tratamiento o por reintegrarse demasiado rápido a la actividad. La fisioterapia debe continuar incluso tras la desaparición del dolor para evitar recaídas y recuperar la función completa del hombro.
Complicaciones si no se trata adecuadamente
Ignorar una tendinitis de hombro o tratarla de forma incompleta puede derivar en complicaciones que comprometen no solo la movilidad del hombro, sino también la calidad de vida del paciente.
Tendinitis crónica
Cuando el tendón permanece inflamado durante semanas o meses sin una recuperación adecuada, se vuelve más vulnerable a roturas y pérdida funcional. El tejido puede degenerarse (tendinosis) y perder elasticidad.
Rotura del tendón
Una tendinitis mal tratada puede evolucionar hacia desgarros parciales o totales del manguito rotador, especialmente en personas mayores o con sobreuso prolongado. En estos casos, puede ser necesaria la cirugía.
Capsulitis adhesiva (hombro congelado)
Una inmovilización prolongada o una inflamación persistente del hombro puede llevar a una rigidez severa conocida como hombro congelado. Esta complicación limita casi completamente el movimiento y requiere meses de rehabilitación intensiva.
Disminución permanente de la movilidad
Si el paciente no realiza los ejercicios adecuados o no sigue el tratamiento completo, puede haber una pérdida parcial de movilidad o fuerza que afecte sus actividades diarias (vestirse, conducir, levantar objetos).
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Preguntas frecuentes sobre la tendinitis del hombro
¿Cómo saber si tengo tendinitis en el hombro?
Los síntomas más comunes son dolor al levantar el brazo, molestias nocturnas, pérdida de fuerza y sensación de rigidez. Si el dolor empeora con el movimiento o al presionar el hombro, y persiste más de unos días, es recomendable consultar con un fisioterapeuta o traumatólogo para una evaluación completa.
¿Qué es mejor para la tendinitis: calor o frío?
Durante la fase aguda (primeros días), se recomienda aplicar frío local (hielo) para reducir la inflamación. Una vez pasada esta fase inicial, se puede alternar con calor para relajar la musculatura y mejorar la circulación, especialmente antes de realizar ejercicios de fisioterapia.
¿Cuánto tiempo tarda en curarse una tendinitis de hombro?
Depende de la gravedad. Una tendinitis leve puede curarse en 2 a 4 semanas, mientras que casos más crónicos pueden tardar entre 6 semanas y 3 meses. El tiempo de recuperación también depende del tratamiento, la edad del paciente y su nivel de actividad.
¿Se puede hacer ejercicio con tendinitis de hombro?
Sí, pero deben ser ejercicios específicos, suaves y guiados por un profesional. En la fase aguda se prioriza el reposo relativo y la movilidad pasiva. Conforme disminuye el dolor, se introducen ejercicios de fortalecimiento progresivo para recuperar función sin agravar la lesión.
¿Qué especialista trata la tendinitis de hombro?
La primera valoración puede hacerla un fisioterapeuta o médico de atención primaria. En casos más avanzados, el tratamiento puede requerir seguimiento por un traumatólogo o médico rehabilitador, y en algunas situaciones, intervención quirúrgica.
¿Cuál es la diferencia entre tendinitis y bursitis de hombro?
La tendinitis afecta a los tendones (tejidos que unen músculo y hueso), mientras que la bursitis es la inflamación de las bursas, pequeñas bolsas llenas de líquido que reducen la fricción entre estructuras. Ambas pueden coexistir y producir síntomas similares, como dolor y limitación del movimiento.
¿Qué ejercicios están contraindicados en la tendinitis de hombro?
Durante la recuperación se deben evitar movimientos por encima de la cabeza con peso, ejercicios con carga excesiva o gestos que generen dolor. También se deben suspender temporalmente actividades como press militar, dominadas, natación intensa o levantamiento de pesas sin supervisión.
¿La tendinitis de hombro puede curarse sola?
En algunos casos leves, con reposo y cambios en la actividad, el cuerpo puede recuperarse. Sin embargo, en la mayoría de los casos, la fisioterapia activa es fundamental para resolver completamente la lesión y evitar que se vuelva crónica o recidivante.
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